Estoy completamente desnudo

En la ladera del cerro blanco

La vista panorámica del cementerio

y a la fábrica Beltrán IIharreborde es púrisima

Son las doce del día

Algunos obreros me reconocen

"Es el hijo mayor del Presidente del sindicato en la víspera del primero de Mayo

se le arranca la moto"

Algunos transeúntes se matan de la risa

en la veredas de Av. Recoleta

me pongo a recitar un poema de Víctor Domingo Silva Al pie de la bandera

Termino me aplauden me vitorean

En eso llega mi padre y la fuerza pública

Me hacen señas

Si no bajo por las buenas me van a tirotear

Con un arma inscrita en el Ministerio de Defensa

No hago caso

Apuntan y dan en el blanco

Van a retirar el cuerpo

Quedan paralogizados no hay occiso

Encuentran un maniquí de boutique femenina

Con una facha increíble deN.S.J.

bv


/ todo lo certero y todo lo funesto amo las piedras que conocen mis pasos y los pasos de otros hombres y de otros seres vivos que como yo van en busca de su verdad
amo estas calles cortadas con la chaveta del delincuente
porque él también es mi hermano en primer grado y su vida también está marcada con el sello de la desesperación
amo a las prostitutas y a los homosexuales porque su carne es también mi carne/ porque su sexo es también
mi sexo”.
sinfonia del kaos
RODOLFO YBARRA
http://www.artenlinea.cl/




“Soy un anarco sindicalista/ soy un Marxista confeso/ soyun estúpido social demócrata/ soy un maldito cristianoso y un perro khrisna/ soy la última rueda del coche/ soy el último hippie en decadencia moral soy un metalero sin suerte/ soy un subterráneo desquiciado/ soy la última gota de esperma lanzada en el vientre de la humanidad Y aquí estoy enfrentando mi cara y mi cuerpo con el puño Artero de la realidad/ y no tengo nada que perder”.

Garras del paraiso

Mariposa de madera
sonrisa de bicarbonato
mosca de serrín…me gusta mi barriga y el tipo de la tienda de vinos me llama“Señor Schlitz”los cajeros del hipódromo gritan“¡EL POETA SABE!”cuando cobro mis apuestas.Las damas que entran y salen de la cama dicen que me aman cuando pasa a su lado con blancos pies mojados.


Albatros con ojos borrachos,
calzoncillos sucios de popeye
chinches de París,he salvado las barricadas
he dominadoel automóvil
la resaca las lagrimas pero conozco el destino final como cualquier colegial que ve cómo el tráfico aplasta al gato al pasar.


Mi cráneo tiene una hendidura de pulgada y media justo en la bóveda.
la mayor parte de mis dientes está delante,me mareo a oleadas en los supermercados
escupo sangre cuando bebo whisky
y me entra una pena
que llega a hacerse dolor


cuando pienso en todas las buenas mujeres que he conocido
y que se han diluido desvanecido
entre trivialidades:viajes a Pasadena,picnics con los niños,
tapones de pasta de dientes por el desagüe.



No hay nada que hacer
sino beber
apostar a los caballos
apostar a los poemas
cuando las jovencitas
se hacen mujeres
y las ametralladoras
apuntan hacia mí
agachado tras muros más delgados que los párpados
no hay más defensa
que todos los errores cometidos
entretanto me ducho contesto al teléfono hago huevos duros estudio el movimiento y el deterioro y me siento tan bien como cualquiera mientras paseo al sol.
CB

MI NONBRE ES SELVA RAMIREZ.COM


El encender el televisor, lo primero que veo es un chico esposado como criminal camino al cadalso. Dan las noticias, y el aséptico conductor informa con voz acrílica que este sujeto fue detenido por el delito de abuso con menores por internet. Y al mirarlo, tan joven, humillado y cabeza abajo arrastrado hasta el furgón policial, me pregunto quién es el pedófilo, porque el joven delgado peina 18 años, un año más que su víctima de 17. Y me vuelvo a preguntar: ¿si el pendejo ni siquiera lo tocó?, nunca puso sus manos sobre esa carne prohibida, sólo acarició en el teclado del compu la música de esa piel como quien toca un piano a la distancia. Entonces, ¿por qué lo eligen como chivo expiatorio para el escarmiento? El estudiante de 18 era un voyerista, un mirón que seguramente, como tantos, como miles, como millones, se pajea con el porno ciber en la privada intimidad. Si los chicos tenían 17 nunca se sabe, porque siempre se ponen más años. Además, con la moda televisiva del gimnasio, más la dieta McDonald’s, la adolescencia luce hoy el engorde macizo de niños que tienen cuerpo de hombre.


La escena del noticiario es obscena en su cruel tremendismo. Asquea cierta hipocresía condenatoria de exponer a un chico estudiante al juicio moralizador de la pantalla. Le destruyeron la vida por un leve deseo. El delito:; haber sido seducido por el brillo hipnótico de los cuerpos benjamines a través del vidrio. Su pecado fue entrar al océano virtual donde es posible encontrarse hasta con la pequeña Lulú, que aún se llama Lulú en su nick, escribe como niña, pero tiene 50 años. O con Papelucho, que, en el espacio sideral del MSN, sigue siendo un colegial revoltoso, pero en la realidad es un divorciado de 60. También puede ser Peter Pan, desde la isla de Nunca Jamás, donde tiene un sauna con sirenas en topless, pero ya de abuelo, en la intimidad del chat, morirá siendo el mocoso que se resiste a madurar.



Este jovenzuelo acusado es una víctima de la comunicación virtual y su mercado de sexo a la distancia, sexo sin tacto para el náufrago de caricias y solitario navegante. Se le acusa de incitar a los chicos a que se desnuden frente a la webcam del compu, a que muestren sus verdes cojoncitos y se masturben pensando que están frente a una mujer. Se le acusa de ponerse nombre de mujer y usar la foto de una modelo muy siliconeada. Y bien, cuántos adolescentes no se la corren con esas fotos del porno farandulón. El chat da la posibilidad de desdoblarse en miles de nombres e identidades. Hace unos años, cuando recién me instalaron internet, mi nick era Selva Ramírez, y me describía como una morenaza de 25 años con un pelo hasta la cintura y un cuerpo de diosa. Una chica sencilla y esforzada que trabajaba de noche como mesera de un bar para costearme los estudios de periodismo. Por ahí enganché a un bambino de Mar del Plata que se enamoró de Selva sólo por el nombre y mi palabrerío travesti. Eres un trolo, me dijo un día, y yo me enfurecí y lo mandé a la mierda. No sabes qué es una mina, por eso me confundes, le gruñí en el MSN. Perdona, Selvita, es que hay tanto homosexual que se hace pasar por mujer. Dame cam, Selvita, para conocerte. Es que soy tan pobre que no tengo cámara. Mándame una foto, entonces, para verte, aunque igual te amo. Mira, soy tan pobre que ni siquiera me alcanza para sacarme fotos. Tengo una radiografía si te sirve. Jajajajá, se reía el pendex desde Mar del Plata. Aunque yo si lo podía ver, y era un dios hecho a mano. Me pasaba toda la noche chateando con él. Sos adorable, Selvita, nunca conocí a una mujer como vos. Espérame, voy a atender una mesa, me disculpaba. Te esperaría toda la vida; cuídate, Selvita, que los hombres borrachos te pueden faltar el respeto. Ese trabajo no es para vos. No te preocupes, sé defenderme. En eso estuvimos meses, me resistía a usar una foto de mujer insistiéndole que a él sólo le interesaba Selva por su físico. Bueno, tenés razón, no importa, pero igual mándame una foto. En ese tiempo me invitaron a Buenos Aires, y aparecí en portada del suplemento de "Clarín" con una foto de veinte años atrás retratada como Frida Kahlo con un pájaro en la frente. Mira, le dije al chico ya cansada de tanta petición de foto, anda al quiosco de periódicos, compras "Clarín" y en la portada del suplemento aparece Selva Ramírez. Esa soy yo. Pasó una hora, dos horas, y por fin me contestó. Hey, Selvita, ¿estas ahí? Sabes que en el diario aparece una mujer con máscara; espérate, voy a leer la entrevista. Nunca más supe de él. Y a Selva Ramírez se la tragó el vacío sin alma del ciberespacio. Hoy recuerdo esto por la noticia del chico condenado a cinco años por falsear su identidad. Y me pregunto por las identidades ladronas de Pinochet, por los violadores y torturadores que se pasean impunes por nuestro Chilito. Y reniego mil veces de la justicia chilena que, con el pretexto moral de la protección a la infancia, va sembrando de paranoia global el simple mirar, el voyerear, el crear romances en el imaginario libertino del cuarto propio, que es el único cielo amatorio iluminado por el flúor azulino de la pantalla soledad.

`PEDRO LEMEBEL