fragmentos: manual del buen asesino


Laura Bell Devlin, 72 años, asesinó a su marido Thomas de 75, luego desmembró el cuerpo con una sierra para metales y dispersó las partes siguiendo la linea de flores que trazaba la cerca de su patio trasero.
No deja de profesar su total aversión hacia las carceles. Cuando los funcionarios intentan tomar sus huellas, protesta vehemente, señalando “que la tinta le dejará las manos horribles y sucias.”
Al momento de situarla frente a la cámara fotográfica, grita “No”, tras lo cual pregunta varias veces “Si ya puede regresar a su casa”.
(January 7, 1947. Newark, Ohio. Mrs. Laura Bell Devlin, shown above, murderd her husband, then dismembered his body with a hacksaw and scattered the parts in the backyard)




Nueva York Herman Schafer, 63 años, músico, decidió que no era necesario volver a abrir la puerta de su departamento, a la altura del 1720 , en la segunda avenida. Tal como lo había planificado, regresó a su hogar, y escribió una nota dirigida a Louise. Tardó apenas unos minutos en decidir cual era el mejor de sus trajes, el cual colgó cuidadosamente. Uno de los botones de la manga le sirvió como sujetador de la hoja donde se leía “Para vestir en mi entierro”. Los zapatos que debían acompañar al vestuario, quedaron perfectamente exhibidos sobre la cocina.
En su preocupación por no dañar a ninguna otra persona, desconectó todos los artefactos eléctricos, encargándose que puertas, ductos y ventanas se encontraran sellados.
Continuando con su determinación, dispuso un par de almohadas sobre las sillas, encendió el gas y puso su cabeza en el horno.
El problema es que la mayoría de la gente no puede ver. Los niños en cambio, tienen una gama mucho más amplia de conocimiento visual, porque sus ojos escapan a las leyes artificiales de la perspectiva o la lógica compositiva
S.Brakhage