UNO SE HACE INMUNE A LOS LADRILLOS DE LOS SENTIMIENTOS

Por eso los caballos pastan en la lejana infancia
para nutrir sus estómagos con la hierba del artificio:
La superstición de la coherencia y su mala caligrafía:
La alcantarilla y los atrofiados pulmones. El aire.

Pero uno se hace inmune a los ladrillos de los sentimientos.
Los medidores de luz en la exactitud de la cifra:
el consumo de píldoras para el amor el corte en trámite,
el aumento de sitios para solitarios
en proporción inversa al lenguaje con que sabemos.


El sexo iluminador de los amantes y su evidente estado de cuenta





Es así como caen los dígitos de la emoción
cuentas que se acumulan como todo
y todo es una maravillosa estafa.
david bustos

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