Solo te queda la evasión.
Y ¿Como desaparecer completamente?
No hay posibilidad de escape de la evasión continua. De distraerte. De evitar la confrontación. De huir hacia delante. De cascársela. De la televisión. De la denegación. No se puede escapar de la vía de escape.
Con los años te sentirás en paz. No contento. No triste. No angustiado. No caliente. Te simplificas. El equilibrio entre felicidad y tristeza. La auto-deconstrucción. Tendrás tu buen día, todos los días, por el resto de los días. Porque las esponjas nunca tienen un mal día.
Dirás: "siento haber creído que eras una pedorra estúpida y cabeza hueca", en realidad no más estúpida y cabeza hueca que tú mismo.
Te vuelves sincero. Ser Jesucristo comporta ser sincero. No importa la realidad, importa la sinceridad. Esta es la historia desde que empieza la historia, desde que comenzamos a contar

los años en occidente. La realidad está sobrevalorada para todos los que venimos de Cristo.


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