vestigios

siempre me busca la muerte

la presiento cuando está cerca percibo cómo su hálito se escurre
por las esclusas bajas y junto a las aguas se desborda y
recorre más allá de los lechos de los cursos.
cuando miré los ojos muertos de mi abuelo vi lo que sólo volví a ver en los de indra.
al perder un hijo se invoca al ángel de la muerte
y el amado dios le da esta plaga de langostas.
está infesta.
la observo en los ojos de mi abuelo en la frente cianótica
de mi tío en el beso que di a mi abuelo y a mi tío en pleno trance oscuro.
he vuelto a verlos en cada sueño.
sé que veré a su hijo en algún sueño lo presiento.
lo sé.
en aquella noche que transmitía su dolor sentí cada centímetro
de las agujas y cánulas recorrer su piel,
menos y más que blanca,
aciaga de venas donde posarse.
podré entenderla muerte de la madre al morirse
el hijo ya ni indra ni el hijo
habitan en el cuerpo de la madre.
ya la madre no es madre
y el hijo no es hijo,
sólo el desierto podría recibirlos con su dolor,
calcinando sus vestigios.



Alfonso Sanchez

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