tarde de conejo


una vez mas comida china
estaba con una amiga
habia comprado un epistolario
entre Mishima y Kawabata
ella confeso que se sentia mas mujer
que un viaje le haria mejor
que era hora de mandar todo a la chucha
que la felicidad residia en uno
y no en depender de otro
yo sonreia
esa tarde en casa siguio con el discurso
las vecinas del piso de arriba
corrian como conejos
ella continuaba con el viaje
yo sonreia y pensaba
en un conejo que corria

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